Mucha gente me conoce por ser fanático de Los Beatles, pero la verdad es que siempre he sentido debilidad por Los Stones, y al igual que me ocurre con John Lennon, por alguna razón también me identifico con Brian Jones, protagonista de la biopic que vamos a reseñar.
Si presionaste click para leer más sobre esta película déjame decirte que esto no es Bohemian Rhapsody, pues lo que estás por ver aquí es la historia de uno de mis mayores ídolos en el rock 'n' roll contada desde la perspectiva de un filme independiente, nada de esa bazofia hollywoodense... En efecto señores, esto es cine.
ANTECEDENTES
Esta obra de culto me había sido recomendada desde hace una década, pero por cosas de la vida vine a verla después de cumplir 27 años, lo cual hizo que el visualizarla por primera vez fuese aun más impactante ya que pude analizar el giro tan trágico que tomó la vida de Brian Jones en sus últimos días.
Un giro que fue retratado con un tono muy melancólico por el cineasta Stephen Woolley, quien no sólo contó con un excelente guión repleto de frases tan icónicas como citables, sino que además supo escoger al actor destinado a dramatizar a un personaje tan complejo y visceral.
SINOPSIS
Este largometraje intenta generar controversia desde el primer momento al dejar implícito que la muerte de Brian no fuera del todo accidental, indagando en el vínculo que éste tenía con un albañil empleado para hacer reformas en su casa de campo y quien resultaría ser el perpetrador del crimen: Frank Thorogood.
El susodicho fue contratado inicialmente por sus labores de construcción, pero poco a poco su trabajo se convertiría en ser el niñero de Jones, un individuo tan desconectado de la realidad que ni siquiera sabía cocinar y cuya dieta se basaba en un letal cóctel de píldoras.
También se explora a fondo el espiral autodestructivo que desembocó en el fatal desenlace ocasionado por dicho abuso de sustancias, como el alcohol que jugaría un papel determinante en las circunstancias de su ahogamiento en la piscina tras una pelea con el constructor.
En esencia, lo que busca esta peli es hacer apología al mito del «Stone Maldito» con momentos donde hay cabida para todo tipo de desnudos y parafernalia muy propia del rock, replicando la época de tal manera que te creerías que la cinta es de los años sesenta y no de hace veinte años.
SOUNDTRACK
Muy a pesar de que, por obvias razones, Jagger y compañía no cedieran los derechos de sus canciones para inclusión en este largometraje, la productora fue muy audaz en agregar una selección musical que le va como anillo al dedo.
Por ejemplo: Lazy Sunday de los Small Faces, White Rabbit de Jefferson Airplane, Paper Sun de Traffic e incluso una bellísima música incidental compuesta por David Arnold que posee ese encanto de las películas hechas para la televisión.
LEGADO
Podemos concluir diciendo que el legado de esta antibiopic es ser la responsable de alimentar la narrativa de que Brian Jones fuese asesinado, y a su vez servir como un punto de partida para que más personas conozcan al mártir de Los Rolling Stones. ¡Hasta la próxima roqueros!
