domingo, 15 de septiembre de 2019

KULA SHAKER - K

Cuando hablamos del rock británico de los noventa, los grupos más representativos suelen ser Oasis y Blur, sin embargo, muchas bandas quedaron en el olvido. 25 años después, el debut de Kula Shaker prevalece como la joya perdida del Britpop.

Kula Shaker están liderados por el guitarrista y cantautor Crispian Mills, hijo de la actriz londinense Hayley Mills y nieto de Sir John Mills. Este muchacho tuvo una especie de revelación tras emprender un viaje espiritual a la India, hecho por el cual el nombre del grupo viene inspirado de un antiguo rey hindú del siglo ocho llamado Kulashekhara.

Tal como le ocurrió al cuarteto de Liverpool unas décadas atrás, Crispian regresó cambiado de su viaje, con una perspectiva nueva ante la vida y sobretodo, ante la música. Una vez en suelo británico, trajo consigo un vasto aprendizaje de su cultura como para formar una banda que tomaría todas esas enseñanzas y las plasmaría en su impronta.

Los orígenes de la agrupación se dieron a fines de los años ochenta cuando Mills conoció al bajista Alonza Bevan en un instituto al suroeste de Londres, Paul Winterhart se sumaría como baterista y el organista Jay Darlington poco después. Eventualmente, las influencias traídas de la India se empezarían a desarrollar con instrumentos como el sitar, la tabla y la tambura, lo que los ayudó a ser descubiertos por un sello como Columbia.

Entre 1995 y 1996, mientras la banda sacaba sencillos como Grateful When You're Dead (top 40) y Tattva (top 5), el tema insigne de la agrupación, Hey Dude, les otorgó un éxito inimaginable, anticipando el álbum que estoy por reseñar a continuación:

Hey Dude: Un tema que cumple con dar un comienzo adecuado al LP, suponiendo una composición directa, potente y pegadiza, un temazo que con el paso de los años se ha convertido en el sencillo de mayor relevancia de Kula Shaker.

Knight On The Town: Esta composición mantiene el ritmo que su predecesora nos deja deseosos de más, sonando desenfrenada, con vigor y bajo un riff de guitarra muy punk junto con una letra que retrata al hedonismo en todo su esplendor.

Temple Of The Everlasting Light: Esta pieza cambia un poco el estilo roquero de los anteriores al presentarnos la cara más folk del grupo, con predominio de la guitarra acústica en los versos y ritmos guitarreros en el estribillo, junto con un contenido lírico realmente profundo.

Govinda: A pesar de que este sencillo venga casi de la mano del anterior, nos trae un misticismo más enérgico, acompañado de unas guitarras que otorgan un aire inspirado en el raga-rock a esta composición cantada únicamente en Sánscrito.

Smart Dogs: Una canción que nos remite al rock de finales de los sesenta, sonando mucho más vertiginosa con unas guitarras sintonizando al propio Hendrix y, junto a ello, la voz de Crispian en uno de sus mejores momentos como frontman.

Magic Theatre: Un pseudo-instrumental de transición conformado por un piano que dirige la melodía y la hace sonar de forma mucho más densa, a pesar de servir como bisagra, otorgando cierto balance dentro del LP.

Into The Deep: Sin dudas mi preferida de todo el lote, una canción melodiosa, inspirada y con reminiscencias Beatle donde se percibe la influencia de George Harrison, pero al prestarle mayor atención, notamos algo del Lennon más lisérgico.

Sleeping Jiva: Otro instrumental con el sonido à la Ravi Shankar que tanto inspiró a Mills en su estadía en India.

Tattva: Un enorme tema que nos muestra el lado más experimental de Kula Shaker, quizá la amalgama perfecta entre la música raga y el rock, cuyos hipnóticos versos repiten la frase en Sánscrito del título hasta la llegada de un estribillo sublime.

Grateful When You're Dead/Jerry Was There: Un compendio de dos canciones distintas, la primera es un tema que contiene un juego de palabras referente a la banda Grateful Dead bajo un musculoso trabajo rítmico, y la segunda es mucho más hipnótica, un homenaje al recientemente fallecido (en aquella época) Jerry García.

303: El tema con mayores reminiscencias al garage-rock contiene unos versos con actitud y a la par, un estribillo muy inmediato, cuyo solo de guitarra, junto con la ejecución de toda la banda, alcanza una conexión extraordinaria.

Start All Over: Una balada de amor en la que las influencias hindú quedan marginadas para dar lugar a un sonido de factura pop, cuyo sentido por la melodía, así como la sección de vientos que la acompaña, es exquisito.

Hollow Man (Pts. I & II): Un épico de seis minutos que se divide en dos partes, la primera sirviendo de introducción a base de un piano como soporte bajo un crescendo en el que los miembros de la banda van incorporándose, y para la segunda irrumpe una guitarra acústica que se complementa junto a un acompañamiento folk-rock.

K (Columbia Records), bajo la producción de John Leckie, salió el 16 de septiembre de 1996, en pleno apogeo (y declive) del Britpop, llegando al no.1 del UK Album Charts, apoyado por el éxito de Hush (Deep Purple). La crítica lo recibió de una forma menos acogedora, sin embargo no cabe duda que estamos ante un trabajo seminal del rock británico.

Kula Shaker mantuvo el barco a flote al grabar su segundo álbum Peasants, Pigs and Astronauts en 1999, el cual aspiraba a grandeza, muy a pesar de que Crispian Mills acabase con el grupo para concentrarse en otros proyectos hasta la creación del K 2.0. ¡Namasté y hasta la próxima roqueros!

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