domingo, 24 de febrero de 2019

THE DOORS

No existe nada tan poético como el rock 'n' roll, esa música que transmite una sensación de libertad, de expresarse, de ser uno contra todos y de querer ser alguien. Ahora imagínense ser un poeta y ser parte de una de las mejores bandas de rock de la contracultura americana de los años sesenta... De eso se trataba The Doors.

Todo dio comienzo en uno de los mejores años de la música popular, en 1965, cuando Jim Morrison y Ray Manzarek se conocieron en una clase de la UCLA, momento en que el talento poético de Morrison y la experiencia musical de Manzarek se compaginaron y ya no hubo vuelta atrás. Poco después, el baterista John Densmore y el guitarrista Robby Krieger se unirían a lo que pronto sería una de las agrupaciones de rock más influyentes de la historia: The Doors.

Prontamente comenzarían a tocar en distintos clubes de Los Ángeles, como el London Fog y el mítico Whisky a Go Go, en éste último serían la banda local hasta que el dueño los echó tras una interpretación morbosa de The End, pero no sin conseguir un buen número de adeptos en el proceso. Un año más tarde, en el verano de 1966, lograrían un fichaje decisivo con la casa de discos Elektra Records.

Una vez en el estudio de grabación comenzaron a realizar su primer LP, bajo la producción de Paul A. Rothchild en los famosos Sunset Sound de L.A. Grabado en tan solo un mes y con un equipo de tan solo cuatro pistas, esta obra contiene algunas de las canciones más innovadoras de la banda, pero personalmente quisiera destacar Soul Kitchen, Twentieth Century Fox, Back Door Man, End of the Night y Take It As It Comes.

Break On Through, Light My Fire, The Crystal Ship, Alabama Song y The End fueron algunos de los sencillos más populares del grupo.

Con su primer álbum (Elektra), The Doors estaban preparados para triunfar de una manera nunca antes vista en el rock cuando salió al mercado en enero de 1967, logrando posicionarse en el segundo lugar del Billboard 200 aquel septiembre. Desde entonces, el álbum no ha parado de recibir elogios por unanimidad, siendo uno de los más influyentes y reconocidos en la música popular... No podían llegar más alto.

Lograron captar mucho éxito en ambos lados del atlántico, cuando el rock psicodélico que abanderaba Morrison y compañía estaba en todo su apogeo, gracias al estallido de agrupaciones establecidas en la famosa costa oeste de los Estados Unidos. Y tan pronto como comenzaron, se encaminaron hacia su segundo LP, el cual fue concebido en medio de la gira de aquel Verano del Amor, y por su parte, nuevamente grabado en los Sunset Sound Studios, los cuales ahora contaban con una consola de ocho pistas, bajo la cual se vio la oportunidad de recurrir a mayor experimentación con su nueva producción. Todo esto se evidencia en canciones como You're Lost Little Girl, Unhappy Girl, Horse Lattitudes, My Eyes Have Seen You y When The Music's Over.

Strange Days, People Are Strange, Love Me Too Times y Moonlight Drive fueron los sencillos editados.

Posiblemente uno de los mejores álbumes de los californianos, continuando la senda de su antecesor, pero a otro nivel, donde se nota la evolución que querían lograr. Strange Days (Elektra) salió en septiembre de 1967, cosechando un éxito considerablemente inferior a su aclamado debut al entrar en el tercer puesto del Billboard 200.

Un incidente en New Heaven tuvo como acontecimiento el arresto en pleno escenario de Jim Morrison por la policía aquel diciembre, cuando un oficial encontró al Rey Lagarto con una groupie en los baños y terminó rociándole gas pimienta en los ojos. Posteriormente en la puesta en escena, Jim, bajo los efectos de la substancias y muy alterado, relataría los hechos a unos cuantos miles de espectadores, siendo detenido tras el alboroto formado poco después.

La banda atravesaría una mala racha que se prolongó hasta las grabaciones de su tercer LP, una vez habían agotado la libreta de composiciones que Morrison llevaba anotadas desde 1965, por lo que no quedaban ideas frescas como para entrar al estudio lo debidamente preparados, muy a pesar de que se considerase retratar la pieza teatral Celebration of the Lizard.

Esta producción tuvo lugar en los estudios TTG de Hollywood desde enero hasta mayo de 1968, siendo la que más tiempo les llevó materializar, conteniendo un repertorio de los temas más livianos y barrocos del cuarteto, entre los cuales se destacan Not To Touch The Earth, Summer's Almost Gone, Wintertime Love, My Wild Love y We Could Be So Good Together.

Hello I Love You, The Unknown Soldier, Love Street y Five To One se erigen como los sencillos más infravalorados de The Doors.

Un álbum difícil de digerir, pero que termina gustando aún así. Waiting for the Sun (Elektra) salió en el verano de 1968, aquel donde la guerra de Vietnam era cruelmente televisada, el amor y paz eran cada vez más difíciles de fomentar, y la gente se perdía tras viajes interminables de LSD buscando un escape de todo aquello. Con un trabajo más ambicioso en sus manos, los californianos no se escaparon de ser criticados, a pesar de incluir su material más fino hasta el momento, de la mano de un álbum que puede sonar a ratos muy pop y en otros muy experimental, habiendo vendido nueve millones de copias y siendo su primer no.1 en las carteleras Billboard, así como uno de sus más exitosos en Europa.

Tras la consecuente gira -primero por Reino Unido con una gran presentación en The Roundhouse, y después de vuelta a Estados Unidos en vivo desde el Hollywood Bowl- el grupo se pondría a bordo para elaborar su siguiente trabajo de estudio, contando con escasa participación por parte de Jim Morrison, quien terminaría cediendo a Robby Krieger el cargo de componer por lo menos la mitad de las canciones del nuevo álbum.

Empezando a grabar bajo la producción de Paul Rothchild, el artífice de The Doors se volvió más prepotente a la hora de tomar decisiones, incluyendo una sección de vientos pomposa en la mayoría de los temas y llegando a disgustar a la banda en el proceso, quienes atravesaban una etapa crítica, con un Jim Morrison a punto de dejarlos en la deriva, siendo persuadido por Ray Manzarek para terminar el álbum antes de que ocurriese lo peor... El productor llevó el presupuesto de la grabación hasta las cimas, con un costo de $80.000, en busca de una perfección que resultó imperfecta en composiciones como Sharman's Blues, Do It, Easy Ride, Wild Child y The Soft Parade.

Touch Me, Wishful Sinful, Tell All The People y Running Blue fueron los sencillos relevantes del disco.

The Soft Parade (Elektra) se publicó en julio de 1969, entrando al sexto lugar de las listas Billboard 200 y sin causar mayor impacto. resultando un disco que no es recordado como una obra maestra ni mucho menos por sus más fieles fanáticos, pero aun así no dejó de ser un éxito comercial muy a pesar de ser un claro fracaso artístico.

Tras un incidente en Florida durante una presentación en la que Morrison, totalmente embriagado, arribó tarde al escenario y acabó enfrentándose a un público ya de por sí tenso, dirigió unos cuantos insultos en frente de poco más de 10.000 espectadores en marzo de 1969, perjudicando la popularidad de The Doors y viéndose envuelto en un litigio donde se le acusaba de exhibir sus partes intimas y haber simulado el acto de masturbación en pleno concierto.

Tras el terrible resultado de su anterior LP, la banda debía volver a lo seguro -a lo básico-, de ahí nace el concepto de su siguiente álbum, producido por Rothchild, quien adoptó una producción mucho más limpia, optando por aportar un sonido más bluesero, de fácil penetración y acorde con lo requerido en cada canción, como por nombrar Waiting For The Sun, Peace Frog, Blue Sunday, The Spy e Indian Summer.

Roadhouse Blues/You Make Me Real fue el único doble sencillo editado por el grupo.

Morrison y compañía nos invitan a hospedarnos en el Morrison Hotel (Elektra), un álbum con el que nos convencen perfectamente a ello tras la inauguración en febrero de 1970, entrando a la cuarta posición en el Billboard 200 y demostrándole a los críticos que las puertas de la percepción seguían abiertas para todo público.

Jim Morrison, enfrentando problemas con la justicia estadounidense, habiendo sufrido un colapso nervioso durante uno de los últimos conciertos de la banda y perdidamente enamorado de su compañera sentimental, la hermosa y pelirroja yonki Pamela Courson, quería fugarse a París con su amada para volcarse de lleno a su verdadera pasión: la poesía... Pero, no sin antes grabar un último álbum con el grupo antes de que se cerraran sus puertas.

Trabajando con su ingeniero de confianza Bruce Botnick en esta producción luego de que Paul A. Rothchild, disgustado con el nuevo material que el grupo le presentaba, abandonara los ensayos, el cuarteto optó por mayor profundidad en esa vena blues que tanto les encendió la llama recientemente, pero esta vez grabando en vivo desde el estudio, en busca de un sonido más directo, sin artificios, pero lo suficientemente efectivo como para sacar a relucir temas como The Changeling, Been Down So Long, L'America, Hyacinth House y The WASP.

El tema homónimo, Love Her Madly y Riders On The Storm fueron los únicos sencillos publicados para promocionar este trabajo.

L.A.Woman (Elektra) se convirtió en el mito que acabo con la obra de The Doors como los conocemos tras ser lanzado en abril de 1971 y entrando al no.9 del Billboard 200. Un disco con canciones compuestas por un hombre que ha amado, que se ha equivocado, pero que ha aprendido lo suficiente en tan solo 27 años de existencia.

Tras su escapada a la ciudad del amor, James Douglas Morrison fue encontrado muerto en julio de 1971 bajo circunstancias inconcluyentes en las que se especula de una posible sobredosis de heroína confundida con su habitual cocaína, habiendo llevado consigo una vida bajo la premisa de vivir rápido y morir joven, nunca mejor dicho.

Meses después del luto, los restantes miembros de The Doors tuvieron las agallas de seguir adelante con su música tras el lanzamiento de Other Voices (1971) y Full Circle (1972), dos trabajos discográficos en los que tanto Manzarek como Krieger se alternan las labores de Morrison con un resultado tan deplorable que el asunto no pudo continuar por mucho tiempo, poniéndole un punto y final a la historia del grupo en 1973.

El Rey Lagarto habló por muchos con su poesía transformada en música, o su música transformada en poesía. Un poeta que no pertenecía a su época, que estaba atrapado en los clichés del rock 'n' roll, un espíritu libre que profesaba su dicha día a día en cada álbum y presentación de The Doors. ¡Hasta la próxima roqueros!

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