sábado, 25 de enero de 2020

DAVID BOWIE: CHANGESTWOBOWIE

Romper paradigmas dentro del rock 'n' roll puede parecer fácil si eres un artista como David Bowie, pero seguirlos rompiendo y seguir evolucionando tal y como él lo hacía, puede resultar difícil, pero para Bowie no lo era. Ello se refleja en su música y en su arte.

Como previamente les reseñaba, David emprendió sus primeros pasos como músico a mediados de los sesenta formando parte de algunas bandas, bajo la tutela en mímica con Lindsay Kemp y estableciendo los moldes de todas sus influencias. Bajo el sonido del pop barroco, su álbum debut homónimo no causó mucho impacto en el verano de 1967, el cual, a pesar de no lograr ningún rédito comercial, le ayudó a emprender todo un recorrido hacia al estrellato que conllevó unos cinco años. Para 1969, Bowie empezaría a hacerse hueco en el mundo artístico con Space Oddity, de sus canciones más conmovedoras.

Durante 1970, logra reencontrarse a sí mismo con The Man Who Sold The World, uno de sus álbumes más oscuros y personales. Sin embargo, con Hunky Dory, un año después, opta por formar una banda de acompañamiento, quienes le encaminaron hacia un punto de inflexión en su carrera. Pero no sería hasta un año más tarde que David se convertiría en toda una estrella gracias a Ziggy Stardust y los Spiders From Mars, marcando pauta dentro del naciente glam. Su arrollador éxito continuó con trabajos como Aladdin Sane, llevando su popularidad hasta los Estados Unidos.

Tras matar a Ziggy y romper con los Spiders, Bowie se vuelve un artista cada vez más extravagante. Con Diamond Dogs, una semi-adaptación musical de la novela 1984, relata dentro de las canciones un futuro post-apocalíptico en medio del totalitarismo.

Esta etapa a continuación, emplea ambiciosas ideas bajo un método de trabajo ecléctico, como la consecuente gira, repleta de una teatralidad ya desbordante...

Tras una parada por Filadelfia, en David Bowie aumentó su pasión por la música soul negra, tanto así, que grabó su siguiente álbum en dicha ciudad entre los descansos de su gira estadounidense.

Cantando al más puro estilo gospel y entonando baladas R&B con secciones de viento, composiciones como Win, Fascination, Right, Somebody Up There Likes Me y Can You Hear Me suponen una ruptura total con el pasado y una interesante mirada hacia el futuro.

La portada, tan típica de su época, fue tomada por Eric Stephen Jacobs en Los Ángeles, para ser posteriormente editada por Crag DeCamps.

Bowie lanzó Young Americans (RCA Records) en marzo de 1975 y tanto la crítica como los fans quedaron abismados ante semejante cambio, el cual, no fue del agrado de muchos. Sin embargo, estamos ante un hermoso LP donde David logra colaborar junto a John Lennon en la versión del clásico de The Beatles Across The Universe, toma influencias musicales de su juventud y finalmente consigue entrar al top 10 en el Billboard Hot 100 con el sencillo Fame.

Pero desde su estadía en Los Ángeles, David se vería envuelto en un espiral de drogas que casi le cuesta la vida, su fuerte consumo se volvió una adicción y consecuentemente, un problema. Experimentó desde una gran perdida de peso hasta serios conflictos personales y financieros. De todas formas, el éxito y la fama seguían creciendo y Bowie se convirtió en uno de los primeros artistas blancos en cantar en el programa Soul Train a fines de 1975.

Aun así, nada pudo impedirle obtener un rol protagónico de la mano de Nicolas Roeg y su filme de ciencia ficción The Man Who Fell to Earth (1976). Básicamente no le fue necesario actuar a David, ya que interpretaba a un extraterrestre humanizado que visita la Tierra para llevar agua a su deplorable planeta, pero a pesar de entablar una buena relación con los terrícolas, sus deseos se ven frustrados debido a la lujuria de la sociedad norteamericana de la cual es victima. Su actuación fue muy bien recibida por la crítica y el filme hoy en día es todo un clásico de culto.

Paralelamente a ello, Bowie estaba inmerso en la elaboración de su siguiente álbum, en el cual, explora géneros como el krautrock. Por aquellos días, el artista estaba profundamente interesado en el ocultismo, el fascismo, la religión y la mitología, temas que sentarían las bases para su personaje más controversial hasta la fecha: The Thin White Duke. Dentro del aspecto musical, David Bowie logra redefinir el avant pop con canciones como Station To Station, Word On A Wing, Stay y Wild Is The Wind.

La portada fue hecha a partir de un fotograma de la película The Man Who Fell to Earth, la cual conllevó a la creación del personaje.

Station to Station (RCA Records) se lanzó en enero de 1976, en medio de una etapa turbulenta en la vida de David. Sin embargo, fue un trabajo mucho más exitoso y de sus más aclamados, gracias a la impecable producción de Harry Maslin. Por otra parte, le aseguró a Bowie entrar al top 5 dentro de las listas del Billboard 200 gracias a la amplia repercusión de sencillos como Golden Years y TVC-15.

La consecuente gira por Europa vio al Duque Blanco exteriorizando un expresionismo alemán hasta la puesta en escena. Continuamente, Bowie se vio expuesto a múltiples controversias, desde su detención en una aduana por poseer propaganda Nazi hasta ser arrestado en Rochester (Nueva York) por posesión de drogas.

Con la ayuda de su asistente personal, Coco Schwab, David pudo escapar de Los Ángeles y mudarse a Europa -viviendo en Suiza, grabando en Francia, hasta instalarse en Berlín Occidental- con tal de desintoxicarse, llevándose consigo a Iggy Pop.

En estas grabaciones gestadas en pleno periodo de reclusión, podemos apreciar un sonido precursor del new wave pero muy experimental bajo melodías inquietas y cierto coqueteo con la música ambiental en obras como Speed Of Life, What In The World, Always Crashing In The Same Car, Warszawa y Subterraneans.

La portada fue hecha a través de otro fotograma de la película anteriormente comentada, cubierta con un cielo anaranjado de fondo.

Low (RCA Records) fue lanzado en enero de 1977, poco después del trigésimo cumpleaños de David Bowie, apoyado promocionalmente por sencillos como Sound And Vision, Be My Wife y Breaking Glass. Tras su lanzamiento, no solo la crítica y los fanáticos se sorprendieron con este LP, sino que la propia casa de discos le envió una carta a Bowie expresando su rechazo ante el álbum. Sin embargo, fue mucho más exitoso que su antecesor en ambos lados del Atlántico, escalando hasta al segundo lugar de las listas de éxitos.

El álbum fue producido por Tony Visconti, quien dio un tratamiento a la cara A propio de un trabajo convencional, y Brian Eno corrió a cargo de la B de carácter experimental. Las innovadoras melodías sentarían las bases de la Trilogía de Berlín.

Durante gran parte de ese año, David tuvo suficientes fuerzas para recuperarse de su adicción, realizar pinturas abstractas y trabajar con Iggy Pop en su naciente carrera solista. Sin embargo, él quería empezar cuanto antes su siguiente LP. En esta ocasión, se grabó enteramente en los Hansa Tonstudios, a pocos metros del Muro de Berlín, situación que ayudó tanto a Bowie, como a Eno y Visconti a ejercer una producción mucho más inspiradora.

Con unas canciones con mayor afinidad por el avant pop y ejerciendo una mayor aproximación a la música ambiental, Joe The Lion, Sons of the Silent Age, Blackout, Moss Garden y The Secret Life of Arabia supusieron un nuevo lenguaje musical para David Bowie.

Masayoshi Sukita fue quien inmortalizó a David en la portada, pose inspirada en Erich Heckel, uno de los grandes del expresionismo alemán.

"Heroes" (RCA Records), lanzado en octubre de 1977 y bajo el eslogan «There's old wave, there's new wave and there's David Bowie», no ha dejado de ser catalogado como uno de sus mejores álbumes. Fue elogiado por la prensa y el público hasta llegar al 3er lugar del UK Album Charts, suponiendo un gran logro gracias a su cohesivo y espontáneo sonido adelantado a su tiempo demostrado en sencillos como la canción que da título al disco y Beauty And The Beast.

Ya para el siguiente año, David y los suyos se dedican en cuerpo y alma a la nueva gira, la primera en la cual Bowie no se la pasaba esnifando cocaína en su camerino, quedando eso en el pasado y dando lugar a unos conciertos sobrios, presentando su material más implacable hasta la fecha.

Sin embargo, en medio de todo esto, se estaba gestando un último capítulo de la trilogía berlinesca, con un Bowie innovando con lo que hoy conocemos como world music en temas como Fantastic Voyage, African Night Flight, Move On, Red Sails y Red Money.

El arte de la tapa fue diseñado por Derek Boshier, en la cual observamos a Bowie accidentado, en una foto cortesía de Brian Duffy.

Lodger (RCA Records), lanzado en mayo de 1979, es sin dudas el LP más convencional dentro del triptico berlinesco, pero poseedor de un sonido más variado gracias a unas sesiones de grabación de lo más improvisadas. A pesar de ser una obra menor, logró trepar hasta el 4to lugar de las carteleras de éxitos de la mano de sencillos populares como Boys Keep Swinging, DJ, Look Back In Anger y Yassassin.

Para 1980, ya divorciado de su esposa Angie y enfrentándose a una nueva década, el camaleón del rock seguía mutando su piel hacia una apuesta tan comercial como vanguardista, donde cupo ambición para el art rock más contundente, derivando en momentos muy experimentales y dando un toque del naciente synth pop a canciones como It's No Game, Teenage Wildlife, Scream Like a Baby, Kingdom Come y Because You're Young.

Esta ilustrada portada es un collage elaborado por Edward Bell, en el cual Bowie aparece caricaturesco con su disfraz de Perriot, junto a una sombra contrastando.

Scary Monsters (RCA Records), fue lanzado en septiembre de 1980 y es considerado como el último gran álbum de David Bowie en su etapa clásica. En realidad, estamos ante un LP donde lo comercial y lo experimental van tomados de la mano, gracias a la producción de Tony Visconti para la ocasión. El disco extrajo sencillos de éxito como Ashes to Ashes, Fashion, el tema homónimo y Up The Hill Backwards, llevando al disco a posicionarse en el primer puesto de las carteleras musicales en gran parte del mundo. Muy a su pesar, Bowie decidió no realizar una gira de promoción debido a sus compromisos con la obra teatral The Elephant Man, en la cual fue protagonista durante su trayecto entre 1980 y 1981.

David Bowie fue mutando y evolucionando musicalmente hasta otorgarle un nuevo lenguaje a su música en mi etapa favorita de toda su carrera. En la próxima entrega de esta trilogía, daremos repaso a una de mayor experimentación, altibajos y sin duda, madurez. ¡Hasta la próxima roqueros!

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