domingo, 3 de mayo de 2020

DAMON ALBARN - EVERYDAY ROBOTS

Damon Albarn, en treinta años de carrera, no sólo tiene un basto currículum con tan sólo 52 años, sino que ha comandado bandas importantes dentro del pop como Blur, en los años noventa, Gorillaz, empezando el nuevo milenio, proyectos alternos como The Good The Bad and The Queen, etc. Muchos pensaban que Albarn lo había hecho todo, pero lo que no pensaba nadie era que tenía planeado lanzar un álbum solista a la altura de su legado.

A estas alturas en el blog, he hablado de este artista bajo los nombres de sus distintos proyectos, entre mis favoritos claramente podemos destacar el caso de Blur, una banda que se ganó un estatus de culto dentro del pop británico añorando la cultura inglesa en cada una de sus canciones y en su esencia. Otro proyecto dentro de mis preferencias es Gorillaz, una agrupación conformada por dibujos animados en la cual Albarn, junto con el dibujante Jamie Hewlett, dieron rienda suelta a su imaginación y a su arte al incorporar canciones tan variadas como pegadizas.

Damon ha conllevado treinta años de carrera en el mundo de la música, en los cuales han cabido también proyectos como el Africa Express, donde Albarn ha demostrado que es un sujeto tan polifacético como para adentrarse en la World Music o la música étnica. También llevó a sus anchas años atrás otros proyectos como el súpergrupo The Good The Bad and The Queen, junto a personalidades como Paul Simmonon (The Clash), Simon Tong (The Verve) y Tony Allen (recientemente fallecido), en el que Damon reivindica su faceta más política y visceral.

Es evidente, para aquellos familiarizados de alguna manera con la música de Albarn, ya sea por medio de Gorillaz, por medio de Blur o habiendo escuchado por casualidad a Africa Express, que el hombre que impulsó el Britpop parece haberlo hecho todo. Aunque, como dije previamente, si hubo algo que faltaba para que Damon Albarn sorprendiera a sus fans y a la crítica, era editar un trabajo bajo su propio nombre, ya que es muy difícil etiquetarlo como un solista, porque nunca lo ha sido. Pero a veces ocurre con músicos como él, que tienen un montón de composiciones en el trastero (en este caso unas sesenta), sin saber donde encajarlas, si con Blur, con Gorillaz, o con The Good The Bad and The Queen... claro está, que aquí ninguna lo logró, por lo cual nació este álbum tan particular que hoy les voy a reseñar.

Para empezar, podemos tener en claro que éste supuso el proyecto más personal e introspectivo de Albarn desde aquel álbum 13 de Blur, elaborando un cancionero repleto de historias de su propia vida, ya fuesen experiencias personales, memorias del pasado, reflexiones de la vida moderna, etc. En sus propias palabras, se refirió al proceso así: 

«Esta semana estamos probando con estos sintetizadores rusos con una idea muy vaga de hacer algún tipo de disco solista. Supongo que podrías llamarlo un trabajo en solitario, pero no me gusta esa palabra. Suena muy solitario sin embargo. Realmente no quiero estar solo en mi vida. Pero sí, estoy haciendo otro disco».

La verdad es que dudo que haya una mejor manera de describirlo como lo hizo él mismo, es un álbum muy intimo, calmo, pausado pero bastante ecléctico y con mucho gancho.

Su grabación, sin embargo, dista mucho de parecer un disco meramente solitario, ya que se percibe la presencia tanto de Brian Eno (en algunos tracks como en la influencia), de Natasha Khan (en los coros en pocas canciones), además de colaboraciones menores por parte de Paul Simmonon y el co-productor Richard Russell. De todas formas, es un LP con un estado de ánimo y un tono muy característico, bastante melancólico y reposado, ya que Albarn venía de elaborar discos muy ambiciosos y este, sin embargo, marcaba un punto de inflexión en su sonido al incorporar una atmósfera totalmente distinta.

Pero no cabe duda que es un trabajo 100% Damon Albarn, no sólo por el evidente hecho de que mayor parte del proceso creativo corrió por su cuenta, pero sobretodo gracias al aspecto de las letras, las cuales, según su autor, son experiencias totalmente vividas, acerca de su propia vida, que le da comienzo al álbum (líricamente) cerca del antiguo bosque de Epping en Leytonstone (Londres). Y dichas experiencias reflejan de alguna manera momentos significativos de su vida, así como una constante lucha entre la naturaleza y la tecnología, sirviendo como una reflexión más actual.

Da comienzo el LP con el track homónimo, un tema bastante avant garde, experimental, monótono pero marcado. Poniendo en la mesa una clara reflexión acerca de la actualidad, en la cual, Albarn nos compara con robots cotidianos mediante un sampler de violín fantasmagórico. Le sigue la más tranquila Hostiles, una canción serena y mayoritariamente acústica, sin embargo también bajo un tono melancólico y sobrio, dirigida por una atmósfera muy sosegada. Lonely Press Play es un corte también muy experimental pero más lineal, gracias a su jugueteo con sonoridades jazzísticas (sobretodo por el piano) y su melodía trip hop bien marcada. Claramente percibimos un tópico más individualista y solitario en torno a la letra de esta canción. Por otra parte, Mr Tembo, es un tema que dista mucho de sus pares, al ser acústica (tocada al ukeléle), optimista, melódica y muy pegadiza, posiblemente el corte más digerible y pop del LP, con coros góspel incluidos y un puente con verso recitado. Damon escribió este tema para un bebé elefante el cual visitó con su pequeña hija en un viaje al Congo.  Al parecer registró la composición en su teléfono celular durante la grabación. Entre un juguetón y simple interludio llamado Parakeet, donde hay una prominencia del piano, llega, tras casi un minuto, The Selfish Giant. Este track supone un momento con mayor acercamiento al jazz y coqueteos con el soul, manteniendo el tono acústico, sereno pero vanguardista del LP. En este tema, Albarn reivindica acerca de temas más románticos y reflexivos. También hay que destacar los efectivos aportes de Natasha Kahn en coros.

Damos paso a la segunda cara del álbum con el tema más largo (siete minutos), You and Me. De duración considerable, estamos ante un corte muy experimental, electrónico y ambicioso, donde Albarn enlaza dos melodías distintas, la primera muy acústica pero melancólica y la segunda más melódica pero sosegada, gracias a la impecable producción de Brian Eno. Avanzamos a una mayor intimidad con Hollow Ponds, el tema más auto-biográfico del álbum, donde, bajo un corte más avant garde y denso, Damon remarca los momentos de su vida que más le impactaron, mencionando años determinados como un hilo conductor de su historia. Precedida por el segundo pasaje instrumental del disco llamado Seven High, también bajo un piano muy orgánico, rebozando el minuto, llega Photographs (You Are Taking Now). Uno de los puntos más álgidos del LP, una canción grandilocuente, avant pop e inquieta, donde la ecléctica pero marcada melodía, junto a los matices sonoros, juegan un papel determinante en este tema. Le sucede The History of a Cheating Heart, un corte bastante melódico, reposado y al desnudo (Albarn y su guitarra acústica), supone uno de los momentos más brillantes gracias a uno de los mejores registros vocales de su carrera. Termina el LP con otro tema monumental, la balada Heavy Seas of Love. Deudora del art rock, estamos ante un grandísimo corte, donde la presencia (vocal) de Eno está muy presente y en el cual, Albarn derrocha genialidad en una canción mucho más alegre y preciosa.

Damon Albarn lanzó Everyday Robots (Parlophone Records) en abril de 2014, sorprendentemente, su primer trabajo en solitario. Se trata no sólo de uno de mis discos preferidos del rock británico, sino de uno de los más importantes del siglo XXI, un álbum ecléctico, personal, experimental pero cohesivo y lineal. No cabe duda que Albarn buscaba plasmarse a sí mismo en cada canción, impregnarla de su ADN y es una de las mayores características del LP, ya que es imposible comprender al autor sin antes oír su trabajo más importante.

El álbum se posicionó innegablemente bien en el panorama musical, debutando al no. 2 en el UK Album Charts y recibiendo críticas favorablemente unánimes, ya que el mundo del rock se encontró con un Damon Albarn en estado de gracia, sobrio, maduro y con un objetivo muy claro: encontrarse a sí mismo.

Tras 30 años de carrera no podemos negar la importancia de un artista como Damon Albarn dentro del panorama del rock británico, ya que, sin contar a otros cantautores como David Bowie, Paul McCartney o incluso Noel Gallagher (buen camarada de nuestro protagonista), estamos ante el compositor más completo y polifacético de la historia de la música. ¡Hasta la próxima roqueros!


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