jueves, 28 de enero de 2021

PAUL MCCARTNEY - MCCARTNEY III

Si bien, se ha comentado mucho sobre McCartney a lo largo de los últimos cincuenta años, desde que comenzara en 1970 una carrera solista con la inesperada ruptura de The Beatles. Diez años más tarde, tras la separación de Wings, Paul retomaría su recorrido en solitario con McCartney II. Ahora, cuatro décadas después, consolida dicho trayecto con una tercera placa de una trilogía legendaria. Les presento McCartney III:

Hablar de Paul McCartney no es novedad en este blog, para los que me conocen, soy uno de sus más acérrimos fans y un ferviente admirador no solo del personaje, sino de su música, la cual ha acarreado cincuenta impecables años de trayectoria, primero comenzando con el primer LP McCartney, poco después junto a su mujer Linda McCartney crea Ram, y eventualmente conllevaría a una carrera solista como muy pocas hay.

Para darle un pequeño sentido de cronología al presente artículo y a su vez orientarnos en el álbum que nos corresponde, me gustaría resumir la trayectoria de Macca a partir del lanzamiento de McCartney en 1970, cuando estaba a flor de piel la ruptura del cuarteto de Liverpool, seguido de un one-off junto a Linda con la obra maestra Ram al año siguiente, y a continuación, vendría su etapa con el grupo Wings, el cual le valió a McCartney mucho éxito en los años setenta.

Ya para 1980, tras un bache creativo con su grupo, Paul elabora McCartney II, otro disco liberador en el cual se atestiguaba un retorno a su carrera solista (ésta vez de forma decisiva), lo que conllevaría a otras joyas como lo fueron Tug of War (1982) y Flowers in the Dirt (1989) principalmente, a la par de otras obras de menor impacto en el transcurso.

Los años noventa dieron lugar al retorno a las giras junto con algunos experimentos como The Fireman, los cuales Macca dejó a un lado para volcarse en su trabajo más redondo, Flaming Pie (1997), disco que le devolvió una consagración total al ahora «Caballero del Imperio Británico», la cual se vio dilatada tras la muerte de Linda McCartney un año más tarde debido al cáncer. 

Tras este himpase, Macca retomó su carrera en el siglo XXI con una serie de distintos proyectos, entre los que se destacan discos como el experimental Chaos and Creation in the Backyard (2005) y el retrospectivo Memory Almost Full (2007), los cuales dieron paso a una comodidad dentro del formato de las giras hasta dar lugar a otro reto musical con New (2013), placa que vio a McCartney aliarse con cuatro productores distintos y modernizando un poco su impronta. Más recientemente en 2016, Paul dio un vasto recorrido a su catálogo con el grandes éxitos Pure McCartney (muy recomendable), pero a su pesar, nuevas canciones salieron del tintero con Egypt Station (2018), uno de sus mejores discos de la actualidad, el cual consagra a Paul McCartney como un maestro de la melodía pop con una trayectoria indiscutible.

Ahora, retomando un poco más lo que se va a comentar en esta reseña, podemos decir que una vez comenzado 2020, Paul McCartney no tenía en sus planes grabar material nuevo, y creo que mucho menos yo tenía en mente escribir un artículo sobre un nuevo disco de McCartney, ya que, si bien, en el cronograma del ex-Beatle, estaba reservada una demandante gira por Europa, la cual se vio trucada una vez anunciada la pandemia hace ya casi un año atrás. Así se refería el propio Paul con respecto a la gestación de este trabajo en pleno encierro: 

«Tenía algunas cosas en las que trabajé a lo largo de los años, pero el tiempo pasó y las dejé a medias, de manera que he retomado todo aquello que tenía pendiente. Se trata de hacer música para uno mismo, en lugar de hacer música como un trabajo. Nunca pensé que todo esto fuera a acabar en un álbum».

Y es que como pueden notar, Macca no estaba al pendiente de que estaba, en efecto, grabando un álbum McCartney, ya que el momento en el que se anunció el encierro por la pandemia, afortunadamente el músico se encontraba en su casa de campo en Hog Hill Mill (Sussex) junto a la familia de su primogénita, la fotógrafa Mary McCartney, y como su estudio de grabación casero se encontraba relativamente cerca, Paul vio la oportunidad de finalizar maquetas que llevaba acumuladas durante tanto tiempo y a las cuales no había podido dedicar atención debido a sus demandantes conciertos en gran parte del mundo.

Ahora, para hablar ya propiamente del álbum poco antes de sumergirnos en el debido comentario de sus respectivas canciones, se debe puntualizar el hecho de que Paul McCartney, debido a las circunstancias que envuelven a este trabajo, se vio en la obligación de tocar todos los instrumentos, grabar y producir el LP por su cuenta, sin la necesidad de su banda de apoyo, por lo cual McCartney III es toda una obra artesanal elaborada por un propio artesano de la música como lo es Sir Paul, permitiéndose incluso experimentar con su sonido como ya antes lo habría hecho en los anteriores dos volúmenes de la ahora trilogía McCartney.

A continuación, haré como suelo hacer en las críticas de LP's una breve reseña acerca de las once composiciones que conforman este sorprendente nuevo trabajo de Paul McCartney:

Long Tailed Winter Bird: Una composición cuasi-instrumental y jugetona (a ratos psicodélica) musicalmente, en la misma vemos a Macca hacer una improvisación a base de un riff marcado de guitarra acústica que se extiende hasta pasados los cinco minutos sin que nos demos cuenta. Sin duda una de las grandes sorpresas que esconde este álbum y un inusual comienzo para el disco.

Find My Way: El más claro éxito instantáneo del LP no deja de ser también otro experimento de Paul muy logrado, sólo que ésta vez se dirige hacia un estilo más digerible. Un medio tiempo pop de factura «McCartniana» en la que McCartney se apoya en unas estrofas y estribillos contagiosos gracias a una melodía totalmente memorable y una letra con mensaje de optimismo. De lo mejor del disco y gran muestra de su versatilidad como músico.

Pretty Boys: Otra magnifica composición y todo un deleite musical, esta vez contemplativa y nostálgica en el que Paul, a base de una tonada más acústica, reflexiona acerca del abuso que sufren muchos famosos a la hora de ser expuestos por fotógrafos y paparazzis. Es de admirar el gran sentido por la melodía pop que este señor mantiene a sus 78 años de edad, incluyendo un registro vocal más que envidiable.

Women and Wives: La canción favorita de Paul según ha revelado y sin duda una de las más profundas. Este melancólico tema resulta posiblemente el más oscuro de todo el álbum musicalmente, basándose solamente en un sobrio piano y la voz más grave de McCartney, empleadas para reflexionar sobre tópicos sociales y maritales. La lírica es toda una belleza y la música es un gran ejercicio soul por parte de Macca.

Lavatory Lil: Posiblemente una de las canciones más entretenidas y energéticas hasta ahora de todo el LP, sin duda estamos ante todo un temazo en mi opinión. Resulta este un tema muy rock and roll de manual, se ve que Paul McCartney está pasándola en grande tocando la guitarra como en su juventud y tras una ráfaga de riffs, canta una letra muy ácida.

Deep Deep Feeling: Una composición inclasificable... ¡dura ocho minutos! Seguramente el gran acierto del disco (irónicamente el más arriesgado). Una canción decadente en la cual, bajo una instrumentación muy exhaustiva que nos remite a la psicodelia, Macca se desnuda en sus ocho minutos de duración para expresar sus sentimientos más profundos bajo una estrofa, estribillo y puente que se van repitiendo entre los distintos pasajes del tema. Una de las canciones más experimentales de toda su carrera si me lo permiten.

Slidin': Un temazo en toda regla, tan a la par de Helter Skelter y si no, se le acerca bastante. Ésta vertiginosa composición se basa en un sonido muy grueso y contundente al que Macca no nos tiene acostumbrado. A pesar de que fue grabada junto a dos integrantes de su banda de acompañamiento, McCartney no deja de relucir a lo largo del tema, dejando claro que a pesar de los años, aún sabe roquear como en antaño. Sólo puedo decir que una canción así en vivo debería de sonar épica.

The Kiss of Venus: Yo personalmente me rindo ante una composición de tal belleza como ésta... No recuerdo la última vez que me pareció que Paul había escrito algo tan a la par de clásicos como Blackbird o Yesterday, pero sin duda cuando escuché este tema me pareció así de bueno. A base de un tono más orientado al folk con un Mellotron incluido, Macca se sumerge en temas filosóficos en el aspecto lírico mientras entona una melodía tan delicada como cálida que suena totalmente fresca.

Seize The Day: Mi canción preferida de todo el LP, y ello tiene su razón... Éste tema de sonoridades deudoras de The Beatles es una auténtica joya de nuestros tiempos que no tiene nada que envidiarle a otras glorias del pasado. Comenzando con unos acordes del piano Rhodes, sucede una composición pop con mucho gancho y audacia. Mientras Paul nos canta acerca de la importancia de aprovechar el día, nos quedamos con la lección de que hemos escuchado una de sus mejores composiciones en muchos años.

Deep Down: De las canciones más longevas (dura cinco minutos pero se hace algo larga) y tal vez la menos brillante en mi opinión, pero no por ello deja de ser un tema realmente armonioso (un guiño al gran uso del armonio en la pista)... Basada en una melodía jazzistica un poco más elegante y lineal, McCartney plasma la que posiblemente sea su canción de amor más sensual. No sólo la lírica se puede considerar como algo «sexy», sino que hasta el estilo musical del tema nos incita a dejarnos llevar, profundamente abajo.

Winter Bird - When Winter Comes: Comenzando la primera composición bajo el rasgueo de guitarra acústica que daba inicio al álbum, la misma termina más pronto de los esperado para dar lugar al segundo tema. Ésta nostálgica composición folk que culmina el LP data originalmente de los años noventa, producida en medio de unas sesiones con Sir George Martin (si prestan atención pueden notar el cambio en la voz de Paul, sonando más joven). Macca encontró esta canción almacenada en unos archivos de los cuales salió en julio pasado el reeditado Flaming Pie, pero en vista de que le gustó tanto, se reservó para la ocasión. Excelente forma de terminar un disco.

McCartney III (Capitol Records), lanzado el pasado 18 de diciembre de 2020, supone no sólo uno de los mejores álbumes actuales de Sir Paul, sino que lo considero su más redondo lanzamiento desde aquella obra maestra que supuso Chaos and Creation In The Backyard hace 16 años. Evidencia de lo dicho anteriormente pueden ser tanto el hecho de ser alabado por la crítica especializada (cosa que no pasó en su momento con los McCartney I y II) y su gran éxito comercial al devolverle a Macca su primer no.1 en el UK Album Charts desde Flowers in the Dirt (1989).

Mientras el álbum debut McCartney fue concebido por un bajista desempleado como una producción austera y de apoyo musical rudimentario que inauguraba el indie rock, su secuela McCartney II mostraba a un aventurero músico apoyándose en los sintetizadores y ritmos deudores al krautrock para adelantarse a lo que sería el synth-pop, y ahora, McCartney III exhibe a una leyenda que no teme por enlazar ambas cualidades de aquellos álbumes para ensamblar otra obra maestra del rock. ¡Hasta la próxima roqueros!

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