Podemos mencionar incontables clásicos del séptimo arte que se han dedicado a representar al primero de las nueve Bellas Artes, pero solamente una película ha conseguido retratar a la música en toda su efervescencia. Almost Famous, escrita y dirigida por Cameron Crowe, no sólo es una carta de amor al rock, sino a algo más que le da sentido a este artículo: el periodismo musical.
No es la primera vez que en El Rincón del Roquero se hace un análisis a un largometraje (Quadrophenia ocupa ese lugar en esta sección), pero sin dudas, no será la última. En esta ocasión pienso otorgar un artículo sobre todo lo que envuelve a este clásico de nuestros tiempos, un filme que afianzó aún más mi vocación como periodista (musical por supuesto).
ANTECEDENTES
Toda esta historia de sexo, drogas, rock & roll y periodismo dio comienzo cuando un joven Cameron Crowe ansiaba poder entrevistar a sus bandas favoritas en los años setenta. A pesar de no contar con la aprobación de su testaruda madre, el muchacho logró embarcarse en múltiples giras llenas de la parafernalia del rock con tal de tener un reportaje para la revista Rolling Stone (de la cual era colaborador).
Básicamente de ello se trata el filme, suponiendo una obra semi-autobiográfica en la cual Crowe rememora aquellos años conociendo a sus ídolos mientras los entrevistaba en representación de Creem, Rolling Stone, entre otros.
Con el pasar de los años, Cameron se fue volcando en otros medios artísticos como el cine, realizando películas de culto como Jerry Maguire (1996) y Vanilla Sky (2001), por nombrar algunas. Dicha pasión por el séptimo arte lo llevó eventualmente a retratar -bajo ese medio- al rock, otra de sus grandes pasiones.
El actor Billy Crudop y el director Cameron Crowe en el set de filmación, circa 1999.
SINOPSIS
La trama gira en torno a un joven que pasa de una niñez sin pena ni gloria a una adolescencia inolvidable. William Miller es un muchacho inocente quien tras vivir una arrebatada infancia (sin padre, con una madre sobreprotectora y una rebelde hermana mayor), descubre su pasión por el rock gracias a la colección de vinilos que su hermana le dejó bajo su cama antes de marcharse de casa con la siguiente nota:
«Escucha Tommy con una vela encendida y verás todo tu futuro».
Eventualmente el chico se convierte en un ferviente amante de la música y aspirante a periodista que ve en sus manos la oportunidad de su vida. Gracias a su amistad con el crítico de rock Lester Bangs, William consigue su primer trabajo profesional al asistir a un recital de Black Sabbath, pero en medio del mismo conoce al grupo telonero de esa noche, Stillwater, quienes junto con la groupie «Penny Lane», conquistaron su corazón. Poco después de familiarizarse con ellos, el muchacho emprende una gira por todo Estados Unidos mientras prepara una ansiada entrevista que pondría a Stillwater en la portada de Rolling Stone. Como profesaba Penny, «todo está ocurriendo».
Patrick Fugit y Kate Hudson en escena.
PRODUCCIÓN
La producción de este largometraje se basó en representar fielmente una época clave del rock & roll, por lo que las anécdotas de Cameron Crowe juegan un rol fundamental para darle sentido a ello. Por ejemplo, la banda protagonista, Stillwater, se apoya en grupos que Crowe entrevistó y buscó plasmar para ésta ocasión -como The Allman Brothers Band-. Y aunque si existieron unos Stillwater en la vida real, aquí suponen una prometedora agrupación que lucha contra sus propias limitaciones.
Sin embargo, a veces cuesta distinguir entre lo real y lo fantástico, como ocurre con «Penny Lane», una groupie amante de la música quien realmente se basa a partir de gente como Pamela De Barnes y Bebe Buell. Otro personaje inspirado en hechos (muy) reales era la figura materna del protagonista, quien no representaba nada distinto a la verdadera madre del director.
Pero quizá la figura más representativa del filme sea el propio William Miller, quien en efecto retrataba a Cameron Crowe durante su adolescencia. En las propias palabras del cineasta:
«Tuve que confiar mucho en mi memoria, la leve vergüenza de haber elegido a un tipo que estaba haciendo una versión de mí y la representación de personas de la vida real: Lester Bangs, Ben Fong-Torres, Jan Wenner. Pero también siento que las cosas a las que el público ha respondido de manera más positiva es el hecho que me basé en mis propias experiencias personales».
Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, ¿no Cameron Crowe?
SOUNDTRACK
Las composiciones acreditadas a Stillwater en la banda sonora de la película fueron compuestas con una pequeña ayuda de amigos (y consejeros musicales) como Nancy Wilson y Peter Frampton, principalmente. Dichas canciones buscaban canalizar ese estilo hard-rock de la época, por lo que temas como Fever Dog, Love Comes and Goes, Chance Upon You y Hour of Need resultan creíbles en ese contexto.
Y aparte, para darle mayor peso musical a la historia, Wilson y Crowe seleccionaron temas clave para cada escena. Podemos destacar Search and Destroy de Iggy and The Stooges, Feel Flows de The Beach Boys, My Cherie Amour de Stevie Wonder, Sparks de The Who, America de Simon and Garfunkel y Tiny Dancer de Elton John, inmortalizada en una de las secuencias más entrañables de la película.
El soundtrack del filme fue ganador del premio Grammy a «la mejor recopilación de banda sonora para película, televisión u otro medio visual».
LEGADO
Una película sobre rock & roll jamás había tenido un legado tan perdurable como Almost Famous (Vinyl Films), quizá por el hecho de que todos alguna vez nos hemos sentido casi famosos. Si bien, a pesar de que gente como Brad Pitt, Natalie Portman e incluso Meryl Streep fueron potenciales candidatos, la química entre actores como Billy Crudop, Patrick Fugit, Kate Hudson, Frances McDormand y Phillip Seymour-Hoffman supuso el elenco perfecto para un filme como éste.
En esencia Almost Famous es un clásico de culto que representa a la perfección lo que fueron los años setenta para el rock & roll, con Rolling Stone encabezando titulares, Dioses Dorados, el glam en total esplendor y con cantidad de artistas que ampliaron aún más los horizontes del rock. ¡Hasta la próxima roqueros!
